11 marzo 2010

6º DIA: 11 de Marzo del 2010


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Gargantas del Todra y el loco del desierto.

Después de la borrachera de la noche anterior ….. bueno así es como podría empezar, pero la verdad que la botella se la vaciaron ellos mismo, nosotros apenas bebimos pero lo que sí hicimos fue disfrutar de la música y sus canciones pegadizas y alguno de ellos acabó durmiendo afuera junto a los perros….. pero es que la vida allí es así, relajada, ¡¡arjetejá!!

Esa mañana tocaba recoger todo y volver a montarlo en la moto, pero cada vez había más macutos y más bultos y menos sitio y todo atado con pulpos; una locura. Para otra vez hay que llevar todas las cosas en alforjas laterales como hizo retor y si todavía necesitas otra bolsa, pues en la parrila, pero todo que se pueda abrir cómodamente y sin tener que quitar cuerdas ni pulpos para sacar una herramienta o material de ellas.

Foto oficial Derbi delante del hotal LeTouareg   -------   Calle de  Merzouga


Y llegó el momento de decidir que hacer con los bidones, que no utilizamos, porque el único que se llenó fue el de retor, los nuestros se quedaron en las habitaciones sin hacernos falta, aunque el tema hubiera cambiado si la roja hubiera querido no averiarse…. Ruter propuso quemarlos en señal de venganza por la mala experiencia de pasearlos por todo marruecos, pero la cordura afloró entre nuestro sin sentido y decidimos dejárselos a hassan en el hotel.
Antes de partir y una vez cargadas todas las cosas, nos dirigimos hacia la casa del sobrino de Hassan, Azziz, el dueño del hotel , que nos había invitado a comer con su familia. Ya nos estábamos acostumbrando a la hospitalidad y características de marruecos, que nos parecía algo normal pero cada vez que intentábamos recordar una sola situación parecida en nuestro 1ºmundo, no teníamos ninguna. La comida era con bastantes tipos de verdura y sobre todo con especies como el comino, y las casas sencillas, en el sur de adobe y en el norte ya de ladrillo, pero todas austeras por dentro tanto de muebles como cuadros, sillas o sofás. En el sur las casas más conservadoras no tienen sillas alrededor de las mesas, hay que comer en el suelo con el televisor como centro de la habitación y solo en las casa un poco más modernas ya incorporan bancos alrededor de la mesa y todos en familia comiendo juntos y con la mano. Nos sirvieron una comida que degustamos con ganas, una especie de torta con relleno de verduras tipo pizza con zumo de naranja, todo muy bueno pero al no tener la costumbre de comer en el suelo tanto los pantalones de cordura como las botas molestaban y no se me ocurrió otra cosa que quitar las botas …, así que nos hechamos unas risas.

Nos despedimos de Azziz y su familia, del poblado de Merzouga y del Erg chebbi con la esperanza de que algún dia tendríamos la oportunidad de volver.
Salimos de allí dirección Tinerhir y su garganta del trodra, nos esperaban unos 200km de carreteras atravesando desierto y con un aire que aunque no molestaba, si empezaba a sentirse fuerte. El primer pueblo en atravesar era Rissani, nos sorprendió mucho la cantidad de chavales que iban y venían de los colegios sobre todo con sus bicicletas, dando vida a todos estos poblados. Dentro de los pueblos, según pasas por las calles puedes captar los distintos olores que se mezclan en la calle, como si estuvieras en una feria típica de pueblo y con toda la actividad comercial desarrollándose en las aceras y sobre la calzada.
De camino encontramos palmerales, camellos y lechos de ríos que otrora estuvieron inundados de con aguas torrenciales de tormentas, dando un aspecto totalmente inhóspito a toda la zona, con el ocre tiñiendo el paisaje de ondulantes montañas.



El aire empezaba a levantarse más fuerte e íbamos en formación, retor abriendo camino yo secundándole y ruter cerrando la caravana, cuando en mitad de la nada, con el desierto intentando pasar por encima de la carretera, vimos unos montículos coronados por barandillas y plataformas como las de un pozo de agua pero como eran cantidad de ellos, decidimos parar para investigar y resulta que pasamos el momento más divertido de toda la aventura. Estábamos bajando de la moto y ya veíamos que un hombrecillo salía de la nada y se acercaba a retor, y acto seguido ya los perdimos entre los cientos de montículos. Ruter y yo nos acercamos a uno de los montículos y efectivamente era un pozo pero tan profundo que no se oía el contacto de las piedras con el agua, y como no aparecía retor, fuimos a buscarlo, delante ruter que al doblar en uno de los pozos lo pierdo de vista y al acercarme veo unas escaleras que van directo al pozo. Bajo con precaución y allí veo como en una escena de terror al hombre enfrente de ruter y retor en cuclillas, en un habitáculo tan pequeño que ya estaba completo con ellos tres y una voz que decía: “Entra, entra ….” Espeluznante.

En ese momento retor nos comentó que nos invitaba a un té (a lo que ruter murmuró: ”De esta nos guiñamos, jaja”) y que no podríamos rechazarlo, así que mientras lo estaba calentando nos enseña como si fuese algo muy valioso para él y haciéndonos partícipes a nosotros, las tarjetas de visitas de todos las personas que han pasado por allí y seguro que en la misma situación en la que estábamos nosotros. Se llamaba Salem y debía pasar mucho tiempo allí, pero seguro que tenía casa en alguna ciudad cercana, al final nosotros le llamamos el loco del desierto.

Para tomar el té salimos a una tienda hecha de harapos, tipo jaima, y disfrutamos de un rato muy curioso con el hombre, que no paraba de gesticular, hablar, moverse y en un momento de determinado de la conversación sacó una especie de guitarra pero con sólo 2 cuerdas y se puso a cantar algo ininteligible. A todo esto nos ofrecía tomar el té que nos había servido y yo recordando las palabras de retor, le eché unos tragos hasta que me doy cuenta de que ruter tenía el vaso vacío (lo más seguro que lo hubiera tirado) y retor que ni lo probaba, ya un poco mosqueado me fijo mejor en el vaso y veo horrorizado que está todo sucio y no hay por donde cogerlo pero ya era demasiado tarde….puaj..
Y ya para marchar, para dejándonos totalmente anonadados nos da su correo electrónico para que le enviemos las fotos que le hemos hecho.








Continuamos ruta a travesando varios ciudades, todas totalmente distintas en cuanto a las casas y ambiente, hasta llegar ya casi anocheciendo a Tinehir y un poco más a delante paramos a dormir en el hotel La Luna, ceca ya de la garganta del Todra, que decidimos visitar al día siguiente.




Al final casi 200km de sol, pero con fuerte viento y bastante cansados, cenamos en este impresionante hotel (tajine de boeuf +salade+dessert =75dirhams ) y yo realmente satisfecho por que la moto haya aguantado pero con el desazón de que todavía quedaban dos jornadas en las que no cabía tiempo para una avería.

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